
Un día el Señor le hizo el llamado de trabajar para la renovación de su Iglesia. Ella unió acción y contemplación, se hizo caridad para Dios y entrega en el servicio humano. En el misterio de María, bajo la advocación de la Inmaculada , encontró su modelo de vida. En su carisma destaca la centralidad de la Palabra de Dios, vivida y anunciada en la evangelización de todos los pueblos. Su actividad misionera brotó de su encuentro diario con el Señor en la oración y en la Eucaristía. Entendió que la misión se apoya en la vida de comunidad.
Mañana, 28 de junio celebramos un aniversario más de su nacimiento. Muchas felicidades a todas las Claretianas, que el Señor nos ayude a permanecer fieles y continuar la obra que inició en María Antonia.
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