El 30 de octubre del 2011, con gran entusiasmo,
nos dirigimos a la Diócesis de San Pedro de Macorís, a un pueblo con el mismo
nombre, donde compartimos nuestra experiencia con el grupo de jóvenes de la
Parroquia San Pablo Apóstol.
Fue un pasadía lleno de alegría, donde
cantamos, danzamos, dramatizamos, jugamos, oramos y reflexionamos sobre el
compromiso que debe asumir cada cristiano y el llamado que tenemos, como
jóvenes, a ser líderes en nuestras comunidades.
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